Me detuve un momento a mirar las estrellas, que brilla a lo lejos en el cielo,en esta noche fría sin emoción. ¡NO hay estrellas!; el cielo esta apagado y no hay brillo mas que el de la luna, que con fuerzas indescriptible lucha por dejarse notar entre las nubes cargadas de humedad que cubren el majestuoso cielo.Un viento frió acaricia mi peculiar cabello rizado, y rosa suavemente mis mejillas. Se escuchan una voz o dos en la distancia, no se percibe lo que dicen no es mas que un murmullo. Apenas una Luz hay en tierra y es lo suficientemente fuerte como para llamar la atención, es la de una lampara que debido a su antigüedad parpadea y se apago durante unos poco segundos.
Al final de la calle dos personas sentadas en la acera, sin poder saber lo que decían aparentaba ser algo muy gracioso puesto que de vez en cuando se veía una de ellas reír desconsoladamente por varios minutos y luego volver a la compostura.
A mis espaldas una pared que era mural explicito de las protestas sociales de mi pais, algunos nombre y una que otras palabras mal escritas, nada raro pero sin duda dueño del momento.
Tan tranquilidad, nada pasa, todos en sus casa tiene las puertas cerradas y las luces apagadas, ya la gente no puedes exponerse al peligro de estar fuera mas tiempo del necesario por miedo hacer victima de un premio cruel e injusto.
Camine toda la larga calle hasta el final, mirando cada detalle minuciosamente, es la misma calle por la que paso todos los días, a la mismas hora y es solo hoy cuando la belleza sensata de la noche me hace prisionera de tantas realidades sencillas, como que el silencio interior en combinación con la naturaleza te deja sentir cada latido del corazón, que hay que prestar atención a cada mínimo detalle para que el mas grande tenga sentido, que hay que tener una esperanza, que hay que cree en Dios el único que da lecciones de vida tan puras y reales como esta de sentirse seducido por la majestuosidad de la noche.
