lunes, 25 de febrero de 2013

Somos Arrepentimiento.


Y le pregunte __ ¿De qué te Arrepientes?

__ De nada. __dijo orgulloso; añadiendo rápidamente al instante __ ¿Y tú?

Si __ dije al tiempo de pensarlo, algo cabizbaja, se sorprendió y cuando se disponía a interrumpir el corto silencio, continúen diciendo...

Me arrepiento de no haber mirado más la luna en las noches despejada, de no haber contemplado más las hojas de los arboles danzar al compás de la briza, de no haber escuchado más los pajarillos que sirvan en mi ventana cada mañana. Me arrepiento de no llamar a alguien cuando quise escuchar su voz, de haber tenido vergüenza, de haber pensado demasiado, de haber pensado demasiado poco; de pasar cosas por alto como si no fueran importantes, de ignorar las miradas profundas, de no creerme las verdades y afianzarme en las mentiras. De no haber reído suficiente con un chiste, de no haber dicho todo lo que pensaba.

Me arrepiento de no creer en mí, de vivir sin emoción, de no respirar el aire puro del campo, y de no maravillarme con el silencio de la madrugada, me arrepiento de muchos SI y de muchos NO, me arrepiento de preocuparme más por el pasado que por el presente. Me arrepiento de dejar de intenta, de soñar, de dejar de ser quien quería ser para ser como los demás.

Pero, Mi Orgullo no viene de mis arrepentimiento sino, de haber creído él lo increíble, de exigir más y más de mí, de tener amigos, de no olvidar ni sola muestra de aprecio, de jugar la escondidas con mi familia, de caminar por la arena en la playa, de deleitarme con mi imaginación, de reírme de mi misma. Mi orgullo no está en caerme sino en levantarme, no está en perder sino en aprender, no está querer sino en amar, no está mis fallos sino en mis éxitos, no está en las despedidas sino en las bienvenidas.

Me Alegra, conocer gente nueva, abrirme al ahora, emocionarme, sorprenderme, hacer cosas sin planificar; en dejarme llevar por el momento, en demostrar lo que he aprendido, en hacer algo distinto, en intentarlo, en ser diferente, en escribir; y más en que nada mi alegría esta en CREER en DIOS y en  elAMOR.

sábado, 2 de febrero de 2013

Luna, Agua y Silencio.


La luna estaba puesta en el firmamento, cautivadora, poderosa, sublime. Brillando con luz ajena y tomándose todo el protagonismo de la noche estrellada.

Caían pequeñas gotas de agua de una o dos precipitadas nubes, olor a tierra húmeda y silencio absoluto. Poca era la Luz y grade era el frio de la noche que me arropaba.

El aire frio azotaba mi cabello contra la cara. Me encontraba fascinada ante la combinación de luna, agua y silencio. Las personas se alejaban a prisa mientras las nubes crecían, y poco a poco la luna se fue perdiendo en aquel nublado cielo… La lluvia incrementaba y ahora solo se escucha el sonido de las gotas chocar contra  los cristales de los autos y salpicar intermitentemente en los charcos de agua helada.

Y aún estaba ahí parada mirando al cielo sin poder abrir bien los ojos, temblando de frio, mojada desde los pies a la cabeza. Entonces fue cuando te escuche pisar fuertemente los charcos de agua que se habían creado cerca de mí. Ahí estabas, tan perfecto como siempre, tu singular sonrisa, tus ojos café brillante, tus manos frías y tu piel suave como el terciopelo.

Un Abrazo cálido erizo mi cuerpo, la lluvia comenzaba a menguar y sentía como palpitaba tu corazón.  Susurrabas en mis oídos mientras tu dulce voz me hacía sonrojar.

Tus labios dulces como la miel, tus manos en mi rostro, y esa sonrisa perpetua inevitable. El Agua se precipito de nuevo sobre nosotros como bendición proveniente del mismo Dios. Todo era tan real, quería detener el tiempo y que jamás pasáramos de ese beso tierno,  jamás libéranos de ese abrazo suave, confortable, de esas carisias únicas, y de las palabras que repetías en mi oído, jamás dejar de sentir tu corazón palpitar…

Fue cuando los latidos se convirtieron en manecillas de reloj que retumban acusatoriamente con presión, la lluvia seso de repente,  ya la briza no se sentía y tus palabras se escuchaban cada vez más lejos.  Me Miraste, sonreíste y te alejaste suavemente perdiéndote en la oscuridad mientras el silencio que nos arropaba se perdía y empezaban a escucharse voces otra vez.

Entonces desperté con una loca e inapropiada alarma a las 6:15AM, mientras la luz del sol entraba  abrumadora por mi ventana, mientras alguien gritaba fuertemente ¡Despierten! Me di cuenta que existías en un sueño de posibles realidades que nunca serán.