lunes, 19 de agosto de 2013

Papá, nos vemos luego.

Esposo, padre, abuelo, un hombre ejemplar. La inspiración y la razón de fortaleza de muchos de nuestros días. Aprendimos a esforzarnos, a creer, a servir por su forma de vivir.
 
Se aferró durante años a la vida, venció no una ni dos veces las expectativas de un adiós definitivos. Le dio a su vida sentido a partir del amor y la caridad. Siempre firme, siempre atento, lleno de determinación.
 
Si hoy tenemos un ejemplo de familia, de amor paternal, de sobre cogida paciencia y sabiduría sin duda viene de él. El padre comprensible, el abuelo apoyador, el esposo atento…
 
Nos enseñó a creer en nosotros mismo, a platearnos metas y a pesar de su prolongada enfermedad nunca se olvidó de nosotros, de nuestros trabajos y éxitos, nunca pasó por alto nada que tu viera que ver con esta su familia, Familia que forjó, del material más fuerte: el amor.
 
Semilla de victoria, amado por todos, recordado por muchos. Y si acaso hay alguien aquí que no lo conoció, solo tiene que mirar nuestros rostros y darse cuenta si era o una un hombre excepcional.
 
Nadie está preparado para perder un ser amado, pero les puedo afirmar algo, llore sobre el salmo 23 de mi biblia la madrugada del miércoles mientras le imploraba a Dios que ahora, ahora me diera fuerzas y sabiduría a mi y a los míos. Y la hemos recibido, cada día, a cada momento. Porque él sabe más que nadie como se hacer las cosas, y a sus hijos jamás los abandona a la suerte.
 
No hay consuelo que valga amigos. Papá esta tatuado con tinta indeleble en el corazón de nosotros su familia y amigos. Pero como cristianos católicos tenemos una esperanza y es que él está ahora junto a Dios, si seguimos su ejemplo incondicional, el día final lo veremos, cuando venga al fin la resurrección de los caídos y la vida eterna prometida por Dios. Porque nuestro Dios es la resurrección y la vida y el que cree en él aunque muera vivirá. Y Papá si creía
 
Por tanto  ustedes que creen no le digan a esto: último adiós, sino un esperanzado “hasta luego”
Cuando una buena persona muere no simboliza castigo, si no cambios, llamados de atención. Estamos nosotros los que aun conservamos el precioso regalo de la vida, a modificar nuestra  conducta. A ser valiente, luchadores, fuerte y temeroso de Dios como lo fue mi abuelo.
 
Mi Familia les agradece encarecidamente el regalo de su presencia, apoyo y sentimientos. Sus abrazos, palabras y motivaciones valen mucho en este momento. Mi Abuelo ahora está muy bien, se lo puedo asegura, se fue siendo feliz por tener una vida plena, no de riquezas materiales sino espirituales.
 
Gracias, Gracias de verdad a todos y cada uno de los que están presente física y mentalmente, que Dios les conceda también a ustedes por su gratitud amor y fortaleza.
 
Y a ustedes mi familia, que conocieron el inmenso amor que tenía Papá por nosotros, no bajen la cabeza como si estuvieran tristes, más bien álcenla al cielos y con alegría agradezcan a Dios que hoy, a su debido tiempo, lo a llevado a su lado. (que mejor lugar que el cielo, para un hombre Justo como el). 
Papá gracias por tu amor sin condiciones y tu ejemplo de lucha. Papá nos vemos luego.


En memoria de Aproniano Casilla De Leon, 1938 - 2013
De parte de toda su familia
13 de agosto.





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